sábado, 2 de julio de 2011

LA HOMOSEXUALIDAD


                                                          LA HOMOSEXUALIDAD
Cuando la palabra homosexualidad existe, y a más, indica en una de sus definiciones: inclinación erótica y sexual hacía personas del mismo sexo. Dicha definición, determina algo diferente, con respecto a las otras personas de atracción erótica y sexual hacía personas del sexo distinto o contrario. Con lo antes explicado, queda más que claro, que existen palabras en nuestro idioma -creo que en el resto de idiomas a de ser de igual forma- para dar a conocer la existencia de personas heterosexuales, las que eróticamente se relacionan con personas de diferente sexo. Si la unión de un solo hombre y una sola mujer -en España- se denomina monogamico, por tratarse de dos personas heterosexuales y de sexo diferente. Quiere decir: si la unión se trata de personas del mismo sexo: bajo ninguna explicación, nadie puede decir que se trata de un matrimonio sin más.

La palabra matrimonio: Unión estable entre dos personas libres, con arreglo, a derecho, para tomar un núcleo social. Sus denominaciones son las que siguen: matrimonio entre afines, matrimonio entre afines extendido, matrimonio matrilocal, matrimonio monogamico, matrimonio preferencial, matrimonio in extremi o in articulo morti, matrimonio marganático o de la mano izquierda, matrimonio rato y matrimonio canónico. Cada una de las acepciones, especifica o determina personas o situaciones corresponde cada una de las denominaciones y ninguna de ellas hace referencia especifica o que admita la unión de homosexuales o lesbianas: por tanto, alguien que tenga autoridad, tendrá que proponer a los que corresponda -posiblemente a los de La Real Academia de la Lengua Española-, para que determinen con que palabra o expresión, se a de hacer referencia a la unión en matrimonio a dos personas del mismo sexo. A partir de ahora, empiezo a esperar dicha determinación, no estoy seguro si llegaré a conocer la forma. Diré y espero que sí.

Bien dicho lo dicho, expresión o muletilla que muchos utilizan -pregunto- ¿Por qué no yo? Dejaré mi forma de perder el tiempo, entraré a explicar lo que me quiero decir, y no es otra cosa qué...

Con todo lo que antecede, no quiero decir en ningún momento:

Que no reconozca y apruebe la existencia de los homosexuales y lesbianas, todo lo contrario, apruebo, acepto y reconozco su existencia y si están reconocidos y autorizados a contraer matrimonio y formalizar sus posibles situaciones,
consiguiendo sus derechos como personas, ¡¡Pero!! Lo que no admitiré nunca, bajo ninguna justificación ¡Será! El pasarse de lo normal, realizando feos alardeos o parecidas animaladas públicamente, en cualquier lugar y a la luz del día; una cosa es, ser gracioso y otra cosa es, el hacer el burro y encima asqueroso, tal y como en alguna ocasión, algunos o muchos hemos podido observar y ver algunas situaciones poco recomendables, y mucho menos admitirlas, las intimidades, son las intimidades y deben quedar para las intimidades siempre y para siempre.

Espero y deseo, no pueda haber ningún posible lector, que pueda llegar leer mi presente escrito y encuentre algo que le pueda molestar, está escrito con el mejor de los sentidos.

Polinyà a: 26 de Junio de 2.011
Hora: 22'42
Manuel López la Torre

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