lunes, 21 de mayo de 2012

                           CONFESIÓN CONFESABLE
Tengo que confesar públicamente qué..., mi gran y avara ansiedad en la vida siempre ha sido, envidiar sanamente el capital cultural de toda persona honrada y bien preparada para saber distinguir en todo momento lo que escucha y habla.
También, he pensado en muchas ocasiones, si las personas bien preparadas hubiesen empleado sus quehaceres en conseguir el bienvivir de sus conciudadanos -no digo, que algunos, no lo puedan haber hecho-, sin emplear las codicias personales: posiblemente, habría entre todos una convivencia sosegada y en paz, sin rencillas de ningún tipo entre nadie.
Admito de que pueda existir alguna que otra persona con estudios superiores -carreras- y les conmueva una avara codicia, y su afán les lleve a practicar sus dictadas intenciones: Lo que no comprendo, ni acepto como correcto es, qué..., no exista Ley correctora para corregir estos posibles -muchos- personajes, tentadores de cometer incorrectas acciones. Menos puedo conseguir bajo ninguna clase de explicaciones, cuando las referidas acciones, son los propios regidores en cargados de velar y corregir estos estrafalarios hechos: los que se atreven a cometer tales cosas.
Siempre he pensado y he tenido muy en cuenta y presente:
Qué..., toda persona y en el caso de poseer cargo, con el cual, sus decisiones y hechos, repercutan directa o indirecta, sobre otras personas: antes de tomar su última decisión y pasar a las acciones a la ligera -según mi forma de ver y hacer las cosas- tiene la obligación -si es que no lo hace con mala fe- de valorar todos los pros y contras y cuando esté seguro de ser más los beneficiados que los perjudicados, que pase a la acción.
Una vez explicado, lo explicado y sabiendo de ante mano, no poder llegar a gustar a todos los que puedan llegar a leer el contenido de mi presente: a quienes les guste, les quedo profundamente agradecido, a los que medio les guste, les doy mis más sinceras gracias y a los que no les guste, no me queda otro remedio que pedirles perdón, por haberles hecho perder su valeroso tiempo, en leer mis a surdas explicaciones. Tengo edad de no tener abuelas, pero tampoco intento echarme flores.
Con todo respeto, sanos saludos para todos y digo para todos y vuelvo a decir para todos ¡¡Piensen como piensen!!    

                                                       Polinyà: 21-05-2.012
                                                             Hora: 18'20
                                                     Manuel López la Torre     


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